Con esta moderna tecnología de los Hilos Tensores podemos desafiar el inevitable transcurso del tiempo y recuperar la forma de nuestro rostro alterado por la flacidez. Son la alternativa no quirúrgica más accesible para hacer frente al envejecimiento prematuro y el llamado “efecto de gravedad”. Los hilos tensores se utilizan en muchos tratamientos, siendo el lifting facial sin cirugía, el que mayor impacto genera en el paciente porque recupera de manera casi inmediata la forma del rostro, tensando y levantando su estructura.
El tratamiento consiste en que los hilos tensores son introducidos a través de una micro aguja en la hipodermis del rostro a través de diminutas incisiones. Estos hilos se unen al tejido de la piel generando una malla de contensión y/o para traccionar y estirar el rostro. Después de una simple intervención, las zonas tratadas se elevarán delicadamente, con un resultado natural, sin cambiar la expresión completa del rostro.
Para lograr las diferentes indicaciones hay distintos tipos de hilos con distintas finalidades: de tracción, relleno y revitalizantes, según se busque redensificar la piel y redefinir el contorno facial y/o abordar con tracción la flacidez del rostro caído por la gravedad. Colocados en estructura de malla crean una red vectorial que actúa como soporte de los tejidos. En cualquer caso, todos los tipos de hilos tienen una acción regenerante porque estimulan la formación de nuevo colágeno, estructura natural de sostén para firmeza y revitalización de los tejidos en la zona tratada.
Los Hilos Tensores están indicados para:
– Elevar pómulos y mejillas.
– Mejorar los surcos nasogenianos.
– Borrar las arrugas peribucales (código de barra) o líneas de marioneta.
– Lifting de ceja, debido a que permiten elevar el canto exterior de la ceja para levantar el párpado, camuflar las arrugas del contorno de los ojos.
– Modelamiento del óvalo facial (área malar), al aplicar los hilos en la zona del mentón y de la mandíbula, dejando su contorno definido, y en el cuello, para levantar la piel caída y así destacar la diferencia entre la mandíbula y el cuello, evitando de esta forma lucir el temido “cuello tortuga”.
Procedimiento:
– No requiere de anestesia y permite que el paciente retome sus actividades de manera inamediata.
– El efecto tensor es inmediato, pero los resultados definitivos se aprecian veinte días después, es un método seguro y eficaz.
– Los hilos se reabsorben después de aproximadamente 18 meses y el colágeno que se formó perdura cerca de 6 meses más, por lo que el resultado del tratamiento dura alrededor de 2 años, dependiendo del estado de cada piel.
– Se utilizan Hilos Tensores de calidad certificada
– Duración 1 sesión de 30 aproximadamente minutos